Paisaje y salud: Introducción a los Jardines terapéuticos

“Dos hombres, gravemente enfermos, compartían el mismo cuarto de un hospital. A uno de ellos lo hacían sentar una hora por día recostado es su respaldo para favorecer un drenaje. Su cama daba a la única ventana del cuarto. La cama del otro, en la otra extremidad quedaba al margen de toda posibilidad de ver hacia fuera.
Los enfermos, tanto como podían, pasaban horas conversando desde sus camas, evocando a sus familias, sus trabajos, sus amigos, sus viajes… Cuando sentaban al enfermo de la ventana en su cama, este pasaba su hora de tratamiento describiendo a su compañero lo que veía al exterior.
Había un hermoso parque, en donde se veían árboles con diversos frutos, y colores que variaban en las estaciones del año. Se podía contemplar un pequeño lago donde nadaban peces de colores diferentes, y donde la gente desde bancos de madera observaba, y también alimentaba y admiraba…Un césped tupido y verde opaco, uniforme, que daba una sensación de frescura, y hasta de verlo uno sentía la sensación de caminar descalzo en él, de recostarse en cuerpo y alma en su plenitud... Las flores, coloreadas por el arco iris, la brisa fresca y pura, que se podía percibir en los rostros de las personas que paseaban por allí, felices…
El enfermo del otro extremo del cuarto, desde hacia días había comenzado a vivir de nuevo a través de las animadas escenas descriptas por su amigo de la ventana. Este le contaba que los jóvenes enamorados caminaban unidos de la mano, que algunos médicos pasaban sus ratos libres allí, sonrientes, joviales...
Mientras el hombre de la ventana describía las imágenes que desfilaban ante sus ojos, el otro cerraba los suyos e imaginaba las pintorescas escenas. Los días y las semanas pasaban, y cada día el hombre de fondo del cuarto esperaba con cierta ilusión las descripciones de su amigo.
Una mañana, la enfermera llego para lavar a los pacientes, y encontró con tristeza el cuerpo sin vida del enfermo de la ventana que se había ido apaciblemente durante el sueño. Llamo a los dependiente del hospital para que retiraran el cuerpo.
Tiempo después, y tan pronto como le pareció oportuno, el otro enfermo, no sin tristeza pidió a la enfermera si podía desplazarlo al lugar de la ventana. Esperaba ver por sus propios ojos las coloridas imágenes que durante tantos días su amigo le había transmitido.
La enfermera, contenta de poder proporcionarle ese servicio, lo cambio de lugar, y en cuanto constató que el enfermo estaba cómodo, lo dejo solo.
Lentamente este se deslizo en su cama, hasta lograr incorporarse lo suficiente para mirar a través de la ventana. Pero para su inesperada sorpresa, delante de él y pocos metros hacia fuera, se interponía un enorme muro blanco.
Contrariado, el enfermo pregunto más tarde a la enfermera, cual razón habría llevado a su compañero fallecido a describirle tantas falsas escenas. “Imposible que las viera, contesto la enfermera, su compañero era ciego, y evidentemente no podía ni siquiera ver el muro de enfrente. Él inventó todo, porque seguramente deseaba comunicarle a usted la alegría de vivir.”

(Adaptación del Cuento “El ciego, los enfermos y el paredón”)

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El cuento recién citado; y el comienzo, investigación y desarrollo de este tema, han sido pensados en realidad, para Mi proyecto Final de fin de curso de mi carrera.
Lamentablemente a veces en la vida uno no se encuentra con personas que quieran ver mas allá de lo que consideran apropiado o concreto en la carrera o en sus cabezas, sólo se basan en apreciaciones personales y dejan de lado lo realmente importante a nivel pedagógico, o quizás no saben lo que quieren...
Me compadezco de estas personas.
Por eso encuentro en este humilde Blog, la mejor manera de mostrar mi trabajo, que me ha costado tiempo y esfuerzo, y me llena de satisfacción poder compartirlo con el que pueda leer estas líneas.

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Hace muchos años me surge la intriga de saber la razón por la cual a las personas con determinadas patologías, tanto de índole física como psicológica, se las estimula y con muy buenos resultados, en el contacto con la naturaleza.
Desde mi punto de vista, la respuesta que siempre he encontrado a esta pregunta, es que las personas necesitan el contacto con sus raíces, el contacto con otros seres vivos, el contacto con la vida.
El agua, el sol, los árboles, y las diferentes especies con texturas y colores variados, dan cuenta de la maravillosa vida natural, que todos podemos apreciar, y que en determinados momentos, parecen ser, la única manera de escapar y conectarse con nuestro verdadero ser.

Tal como apunta Elissé Reclus: “El ser humano se satisface en encontrar en el paisaje su propia huella, buscando en él la esperanza de una vida mejor, una utopía posible. Buscando en él, bienestar espiritual”.

Y qué significa bienestar?

Bienestar es más complejo que una concepción materialista o fisiológica. Existe un vínculo entre bienestar y paisaje, inherentemente relacionado con la belleza, que en este caso adquiere dimensiones utópicas.
"Un paisaje considerado bello es necesariamente armónico, y no sólo desde el punto de vista estético, sino también desde la perspectiva de la relación entre el ser humano y la naturaleza, y en el seno de la misma sociedad. A través de éstos vínculos el paisaje se traduce en bienestar. Un bienestar espiritual a causa de la trascendencia de la acción transformadora de un paisaje que va más allá de la simple combinación de formas".

Entonces qué relación existe entre Paisaje, Bienestar y Salud?



"Esta relación es muy compleja, ya que la capacidad restauradora de un paisaje se asocia a su capacidad de facilitar la relajación, la desconexión de la vida cotidiana, el olvido de las preocupaciones y la capacidad de estimular la reflexión tranquila sobre uno mismo y sus cuestiones personales".



Con éstos puntos, y estableciendo relaciones de sinergia entre ellos, me animo a pensar que si el contacto con el paisaje, con la naturaleza, proporciona bienestar mental, entonces ello deriva a una sensación saludable.
Así puedo afirmar que en las formas que traduce la naturaleza, el contacto con la misma, puede estimular la recuperación de falencias físicas y mentales en el ser humano, y esto puede ofrecer resultados asombrosos; teniendo en cuenta que la mente en su plenitud y en estados de tranquilidad y paz, traduce una situación saludable. Y esto para cualquier parte de nuestro cuerpo, genera cambios fisiológicos que estimulan resultados positivos a corto plazo en determinadas recuperaciones.
Si el medio proporciona a los seres humanos la satisfacción de las necesidades materiales, el paisaje proporciona la satisfacción de las necesidades psicológicas, emocionales y espirituales, del mismo modo entonces, puede tener un papel muy positivo para la salud.


Con dicha introducción y desde mi conclusión, me animo a enfocar el trabajo, en base a los “Healing gardens”, en nuestro idioma llamados, "Jardines Terapéuticos".


Mi intención es poderlos analizar dentro del ambiente hospitalario, como complemento de actividades terapéuticas para el usuario, con determinadas discapacidades o mejor llamadas: Capacidades diferentes. Para que su estadía esté lejos de aislarlo, de acorralarlo dentro de inmensas paredes blancas, sofocantes y hasta claustrofóbicas que generan dichos edificios, y propiciarles un ambiente saludable, que invite a la recuperación, a la contemplación y a la conexión con la naturaleza propia del ser.

(Continuará)